Una práctica común en las fiestas de los adolescentes es mezclar alcohol con bebidas energizantes, pues los efectos estimulantes de esta mezcla producen euforia y resistencia a los efectos de la ingesta del alcohol en el organismo. Pero los efectos de combinar ambas bebidas causan efectos devastadores.
Aquí te contamos por qué:
Consecuencias fatales
La comunidad médica está preocupada: desde hace ya algún tiempo, cientos de adolescentes llegan a las salas de urgencias con síntomas como intoxicación severa, ansiedad, convulsiones, irritabilidad, dolores de cabeza y arritmias cardiacas. ¿La razón? El resultado de mezclar alcohol con bebidas energizantes.
Desde hace más de una década, el consumo de bebidas energizantes está disparado en Colombia. Sus componentes principales (la cafeína y la taurina) proporcionan específicamente una sensación de alerta en el organismo, lo que hace que una persona no sienta “cansancio” a pesar de estar agotada, pues mejora su ritmo cardiaco, su sentido de alerta y su concentración. Con moderación, una bebida energizante no es dañina. Incluso, puede brindarle a una persona el efecto estimulante que necesita en una determinada situación. Lo realmente dañino es beberlas en exceso y, por supuesto, mezclarlas con alcohol.
Y es que esta mezcla puede ser una verdadera bomba para el organismo: mientras que el alcohol tiene la capacidad de deprimir el Sistema Nervioso Central, el efecto de estas bebidas es totalmente opuesto: estimularlo. Por esta razón, el cuerpo no siente en el momento los clásicos efectos de beber en exceso, y así, la persona termina bebiendo de más, llegando a intoxicaciones severas, que pueden terminar, incluso, en la muerte.
Los efectos directos de combinar alcohol con energizantes son variados: el más común, y no por esto menos peligroso, es una intoxicación hepática, que tiene síntomas como dolor de cabeza, dilatación de las pupilas, vómitos, taquicardias, hipertensión arterial, entre otras. Estos síntomas se agravan cuando la persona se vuelve adicta a utilizar bebidas energizantes mezcladas con alcohol, puesto que los efectos estimulantes ahora no se consiguen con una lata sino con cuatro o cinco, entonces, la persona lleva su presión arterial al límite causando infartos y hemorragias cerebrales.
Otros riesgos que puede correr una persona al mezclar alcohol con energizantes es que pueda cometer actos imprudentes a causa de esa sensación de “bienestar” que siente, a pesar de estar realmente bebido en exceso. Así, una persona en esas condiciones puede sentirse capaz de manejar un vehículo y tomar otro tipo de decisiones que pongan en riesgo su seguridad e integridad.
La recomendación es la prudencia. El consumo de alcohol en exceso tiene efectos contraproducentes en el organismo, como enfermedades cardiacas, hepáticas y gastrointestinales. Ahora, mezclar sus efectos depresores con la estimulación de las bebidas energéticas puede intoxicar el cuerpo hasta límites insospechados.
No abuses y vive una rumba segura. Tu cuerpo te lo agradecerá.
Con información de: Sura
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