La compañía de animación fundada por Walt Disney en los años 20 ha decidido apretar su política de responsabilidad social. Si en 2007 ordenaba evitar escenas en las que aparecieran personajes fumando, ahora especifica en sus contratos dos prohibiciones más. David Lowery, director de Peter y el dragón, uno de los últimos largometrajes de la factoría, lo contaba hace unos días a Ain’t It Cool News: “Cuando firmas un contrato con Disney, las cosas que dice que tu película no puede contener son decapitaciones, empalamientos y tabaco. Esas son literalmente las tres cosas que no pueden aparecer en una película de Disney”.
Algo extraño sería ver una cabeza rodando entre animales cantarines, tacones de cristal y hadas vestidas de purpurina, pero más vale prevenir que curar. Lo del tabaco llega tarde para Pinocho, Los niños perdidos, la morsa de Alicia en el País de las Maravillas, Cruella de Vil, Genio y Ariel. Como el empalamiento para Úrsula, que murió atravesada por un mástil tronchado. Pero era mala. Muy mala. Malísima. Era tu razón para no atreverte a alcanzar la zona donde no hacías pie cuando te bañabas en el mar. Y combinaba sombra de ojos turquesa con pintalabios rojo.
Con información de Cosmopolitan